julio 26, 2024

Viva Bolivia libre

Por Miguel Ángel Marañón Urquidi (Economista) -.


De un tiempo a esta parte aparecieron analistas “iluminados” que vienen profesando la libertad de los bolivianos. Quieren sentar la idea de que el país vive una especie de dictadura, en el cual se coartan las actividades y propiedad privada. Tratan de convencernos de que los impuestos que pagan las empresas privadas es la causa principal de la actividad informal y otras ideas trasnochadas que la mayoría de la población ni los considera.

Sin embargo, es bueno aclarar que esta teoría del liberalismo económico data de siglos atrás, y que trajo y trae consigo corrupción, desigualdad y atraso. No existen en la historia económica mundial datos de que los procesos de acumulación de capital se dieran a través de iniciativas o emprendimientos, siempre estuvieron precedidos de acciones inmorales y algunas veces ilegales. Tenemos ejemplos de sobra, pero el más representativo el billonario Rockefeller, que fue denominado junto con otros empresarios como un “robber baron” (barón ladrón), debido a que su fortuna la forjó extorsionando a políticos, chantajeando a la competencia y otras acciones. Actualmente sucede lo mismo con muchos empresarios de talla internacional y también nacional.

Nos hablan de libertad económica, pero se olvidan analizar que un individuo no es libre de escoger si no cuenta con recursos. Nos dicen que el socialismo del siglo XXI confisca la propiedad privada, sin embargo, las únicas confiscaciones de propiedad privada la realizaron los bancos (privados quitando a privados).

Nos dicen que la informalidad bordea el 80%, sin justificar de dónde sale ese porcentaje. Se olvidan mencionar que un decreto neoliberal, el DS 21.060, fue el que echó a la calle a más de 200 mil mineros que no tuvieron otra opción más que subsistir con una economía informal, que hasta hoy en día arrastran en su forma de subsistir y que de a poco va disminuyendo. Hablan de libertad, pero quieren quitar la informalidad a los trabajadores campesinos que abarcan más del 46%, confiscando su independencia y forma de producción de la tierra. Estadísticamente el trabajo campesino está catalogado dentro la economía informal.

Se rasgan las vestiduras gritando a los cuatro vientos que los impuestos son el demonio personalizado y la causa de la disminución de la actividad empresarial privada. Ignoran los datos en los que se muestra un incremento de empresas privadas que están relacionadas con la disminución de la tasa de interés de intervención del Estado que fija porcentajes topes en los créditos. Vale decir que, a los pequeños empresarios y emprendedores, tienen la libertad de elegir dónde y cómo invertir cuando se le da libertad de disponer de recursos.

El neoliberalismo, a través del fascismo, como etapa superior de la ideología económica liberal, tiene la visión de que su planteamiento es el mejor y único posible. Justifica que las otras teorías, y sobre todo los de izquierda, son lo peor, sin importarles y sin analizar los logros que alcanzaron. Echar la culpa a un sistema socialista de todos los males raya en lo ridículo.

Bolivia tiene la libertad de elegir democráticamente y a través del voto si decide seguir sistemas económicos obsoletos y trasnochados o modelos que dan solución a sus problemas elementales.

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