junio 15, 2024

El Día del Trabajo en Bolivia: celebración, política y transformación económica

Por Gabriela Alanoca Flores (Economista e ingeniera)-.


En los últimos años, en conmemoración al 1 de mayo, se han aprobado decretos supremos que establecen el Salario Mínimo Nacional (SMN), destinados a incrementar el salario en los sectores público y privado. Esto en honor al Día del Trabajo, por la lucha histórica por mejores condiciones laborales, derechos y una jornada justa.

El 1 de mayo fue proclamado para celebrar a los trabajadores de todo el mundo y en memoria de la masacre de Haymarket en Chicago, los Estados Unidos, ocurrida el 4 de mayo de 1886, cuando miles de obreros iniciaron una huelga en las fábricas de esa ciudad para exigir una jornada de ocho horas. Hoy en día la Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve los derechos laborales a nivel global.

En nuestro país la Central Obrera Boliviana (COB) ha desempeñado un papel importante en la defensa de los intereses de los trabajadores bolivianos y en la búsqueda de mejoras en las condiciones laborales. La COB fue fundada el 17 de abril de 1952, siendo Juan Lechín Oquendo su primer secretario ejecutivo. Actualmente integra los sindicatos de Mineros, Fabriles, Ferroviarios, Bancarios, Gráficos, Empleados de Industria y Comercio, Constructores, Panificadores y Campesinos. Esta entidad sindical hace el pedido de incremento salarial al Gobierno del Estado Plurinacional y esta política se define en negociaciones hasta llegar a un acuerdo.

Es importante destacar que el incremento salarial no debe ser considerado como una medida perjudicial al empleo ya que, comparando con datos estadísticos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el cuarto trimestre de 2023 la tasa de desocupación en el área urbana llegó a 3,9%, menor en un 0,4 puntos porcentuales al mismo período de 2022, que fue 4,3%. Siendo inferior que en otros países de la Región, como Chile (9,4%), Colombia (9,3%), Brasil (7,4%), Uruguay (7,3%), Perú (6,4%), Paraguay (5,9%), Argentina (5,7%) y Ecuador (4,8%).

La tasa de ocupación, que refleja el porcentaje de personas ocupadas respecto a la población en edad de trabajar, alcanzó un 71,2% en el último trimestre de 2023 en las zonas urbanas del país. Esto representa un aumento de 1,2 puntos porcentuales con relación al 70% registrado en 2022. Es notable destacar que, específicamente la tasa de ocupación femenina, fue del 65,4% en 2023, superior al 63,2% observado en 2022, siendo una señal positiva que muestra una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, empoderamiento económico y más oportunidades de desarrollo profesional para ellas.

Por otro lado, es exagerado afirmar que el incremento salarial automáticamente genera inflación. Esta está influenciada por una variedad de factores, incluida la relación entre la demanda y la oferta en el mercado. De hecho, la economía de Bolivia tiene la capacidad de adaptarse a una mayor demanda ya que el aumento salarial proporciona a los trabajadores más ingresos para gastar en productos y servicios ofrecidos por los empresarios.

El citado impulso tiene un efecto positivo en el crecimiento económico, que alcanzó el 3,1% en 2023, principalmente por el mercado interno compuesto por el consumo final y la formación bruta de capital, posicionando a nuestro país como un ejemplo destacado para la Región, después de Paraguay (4,7%), pero por encima de Brasil (2,9%), Ecuador (2,4%), Colombia (0,6%), Uruguay (0,4%) y Chile (0,2%). Superando incluso a Perú y Argentina que reflejaron un decrecimiento de -0,6% y -1,6%, respectivamente.

Quizá estaríamos en una situación más favorable si en los gobiernos anteriores se hubiera dado mayor prioridad a la industrialización. Es claro que el “mar de gas” fue una percepción exagerada de la magnitud de las reservas de gas y que la realidad exigía una diversificación económica. Hoy en día se están implementando medidas para lograr esta diversificación, como la ejecución de plantas industriales de biocombustibles, fertilizantes, litio, hierro del mutún, entre otros, así como el impulso en la producción de alimentos, la exploración de minerales raros y la exportación de electricidad. Estas plantas generan empleos ofreciendo oportunidades a técnicos y profesionales de varias áreas, consolidando aún más la política actual de “industrialización con sustitución de importaciones”.

Es así que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp) busca generar empleo digno en distintas regiones del país y, para lograrlo, implementa políticas laborales orientadas a proteger los derechos de los trabajadores y garantizar condiciones justas, como el incremento salarial. Además se promueven programas de capacitación y empleo para mejorar las habilidades de la población y facilitar su inserción en el mercado formal.

Finalmente, es importante recordar que el Mescp también tiene la meta de ampliar la base productiva, enfocándose en la redistribución del excedente hacia sectores desatendidos, con el propósito de reducir la brecha de desigualdad.

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