por: Josefat Ibañez M *
Es necesario un análisis de los sistemas de planificación en los países de América Latina, pues nos dará como resultado la práctica de una forma de planificación heredada desde el período Cepalino, una planificación normativa caracterizado por un sujeto activo que planifica el Estado y un sujeto planificado pasivo-estático, la población expresada en sus ámbitos social, económico ecológico etc. Sin embargo, pese a los resultados positivos que dio esta forma de planificación, siendo sus logros la creación de empresas estatales en el sector productivo, es necesario una nueva forma de planificación. Partir de una autocrítica a la forma de Planificación actual, que no es participativa y dinámica y mucho menos una planificación que considere problemas los prevea y los solucione, se hace necesaria una planificación de situaciones o escenarios sociales, económicos, políticos etc. Una forma de Planificación como intervención del Estado en la economía, en los sectores estratégicos y en la producción de alimentos, la planificación debe ser la mano visible que regula la economía, donde la mano invisible no funciona.
La Planificación debe considerar los espacios socio-económicos y que estos se conforman de la interrelación entre la población humana, el espacio físico-natural, este aspecto debe ayudar a la materialización de las relaciones sociales en formas de organización, administración y explotación del espacio físico-natural, con participación de los diferentes actores, para esto es necesario una información estadística casi exacta de todo el patrimonio físico natural que posee un país: fuerza de trabajo, recursos naturales, recursos económicos, deficiencias y necesidades, crecimiento de la población (población en edad de trabajar), recursos ociosos etc. Un análisis de situación, de estos aspectos permitiría mejorar la forma de vida de toda la población y preveer el futuro y sus problemas sociales económicos y políticos. La participación social trabajará en un solo proyecto compartido con el gobierno y construirá el futuro con un horizonte de Visión – País común, para esto lo primero que debe aprender un gobernante planificador es a ser modesto en sus pretensiones de control de la realidad social, y esto no es contradictorio con la audacia de sus aspiraciones de cambio.
La forma de planificación debe partir de un Momento Explicativo o un Momento de análisis de situación ya que las realidades de los actores son distintas y las percepciones no son las mismas y lo que es un problema para un actor para el otro puede ser un beneficio. El segundo momento, constituye el Momento Normativo, como aquél en el cual el actor que planifica diseña como debe ser la realidad o la situación, momento que la planificación tradicional confundió con la totalidad de la planificación, lo normativo es sólo un momento del proceso de planificación, aquel momento de diseño que se mueve en el plano del “debe ser”. El tercer Momento es el Estratégico, en el cual el actor que planifica se pregunta, ¿cómo puedo construirle viabilidad a mi diseño normativo? Qué obstáculos debo vencer y cómo los puedo vencer para que mi diseño del debe ser se encarne en la realidad como una fuerza efectiva de cambio hacia la situación elegida como objetivo?, ¿cómo el diseño que esta en el papel o en nuestras cabezas puede convertirse en movimiento real de la situación? Aquí aparecerán “obstáculos” políticos, económicos, culturales, organizativos, cognoscitivos, legales, etc. Quien planifica no sólo debe diseñar como deben ser las cosas, sino que también debe hacer un cálculo de cómo sortear los obstáculos que se oponen al cumplimiento de ese diseño. El cuarto momento, es el momento de la acción, se usa la exploración sobre el futuro como un recurso para darle racionalidad a la acción, pero no se queda en la mera exploración del futuro, ni separa tajantemente la planificación de la gerencia en la acción. La planificación no es un mero cálculo, sino el cálculo que precede y preside la acción. En consecuencia, cálculo y acción son inseparables
La planificación, si nos olvidamos del concepto estrecho y tradicional de planificación, no es otra cosa que el intento del hombre por crear su futuro y no ser arrastrado por los hechos. La planificación se inserta en una lucha que afecta a todos, donde a veces nos sentimos impotentes frente a la imponente fuerza que tienen los hechos que nos arrastran hacia una dirección que no queremos. Parece que algo tiene una fuerza dinámica nos arrastra, nos conduce, y no nos deja elegir. De manera que la planificación se realiza en un medio resistente y nunca en un medio inerte, pasivo o estático, porque el objeto de nuestros planes es siempre una realidad que está en movimiento.
* Maestrante del CIDES-UMSA, Licenciada en economía
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