noviembre 28, 2023

Qué se consolida, qué se desvanece

Hace pocos días le proponíamos a un grupo de jóvenes campesinos e indígenas un ejercicio en base a la pregunta sobre cómo diseñarían la distribución presupuestaria en sus respectivos municipios. Fue interesante constatar que las respuestas habían subrayado enfáticamente dos ámbitos: educación y salud, otorgándoles incluso porcentajes desmesurados. Luego revisamos los datos del Presupuesto General del Estado Plurinacional para el 2014, comparando la diferencia entre aquellos dos rubros y los de defensa y gobierno (una brecha de casi 4%) frente a un 2.2% en el año 2001.

La tarea se podría reiterar con otros ámbitos del presupuesto, y hallaríamos tendencias similares, que son en definitiva el reflejo de cambios objetivos ocurridos en los últimos años, donde se advierte una combinación de intervenciones activas del Estado, prudencia en la administración, voluntad redistributiva, buenos precios de los recursos naturales exportados, aumento sostenido en la recaudación fiscal, confianza en el ahorro y estabilidad cambiaria. Es imposible realizar un balance del año que termina soslayando ese dato mayor. Sin embargo, considero que hacerlo desde Santa Cruz aporta especificidades a tomar en cuenta.

Aterrizaje normal

La primera nota sugestiva fue el aterrizaje político del Presidente en este departamento oriental. Si bien hubo numerosas visitas previas, en septiembre se instaló y gobernó durante más de una semana desde aquí, naturalizando acciones que en cualquier otro país resultarían usuales, pero que por los violentos sucesos de los años 2008 y 2009 cobran una especial densidad. Lo más llamativo fue sin dudas la aceptación del fenómeno a nivel de los ciudadanos de a pie, que lo asumieron tal y como debe ser: la gestión de un mandatario desde cualquier territorio de su propia patria. Es importante tomar en cuenta que hasta hace poco tiempo, uno de los mayores logros de las élites de poder locales era haber impregnado a una porción considerable de la ciudadanía con su discurso racista (“El indio no tiene pisada aquí”) multiplicado con diversas variantes y desde disímiles sectores sociales.

Incluso esta pacífica ocupación presidencial de ciertos tradicionales “sitios sagrados” de los grupos de poder fue aderezada con un claro ejercicio de memoria en torno a conductas discriminatorias, invitaciones a que el empresariado asuma obras y emprendimientos realmente grandes, y aún a reescribir el Memorándum de 1904. Interesantes ejemplos de lo que un clásico denominaba “dirección intelectual y moral”.

¿Una de cal y otra de arena?

Si la estrategia mencionada fue un paso muy visible hacia la consolidación de hegemonía, tuvo a la vez un correlato contradictorio en la aprobación oficial del “modelo de desarrollo cruceño”, cuya matriz de explotación no cambió con respecto al ser humano ni a la naturaleza. Además de la ralentización en el proceso de saneamiento de tierras y los guiños a deforestadores, tomó cuerpo la consigna de extender la frontera agrícola en Tierras Bajas, sin hacer mención a la vocación de esos suelos ni la segura afectación a inmensas áreas boscosas vía soyización o ganadería.

¿Es posible hablar de construir vínculos comunitarios y elevar el bienestar cuando se refuerzan relaciones capitalistas de producción? Aquí nos referimos no sólo a la producción de objetos, sino sobre todo “a la producción de un tipo específico de subjetividad humana” 1. Hace escasas semanas, y en ocasión de la última intentona empresarial destituyente en Venezuela, Emiliano Terán Mantovani señalaba el hueco que hay entre la fascinación subjetiva, producto de la sensación de riqueza, y la insostenibilidad a no muy largo plazo del capitalismo rentístico, que juega no sólo con la satisfacción de necesidades básicas sino con expectativas de vida, deseos construidos, e imaginarios que son promovidos por los “modos de vida imperial” 2 perforadores de culturas, sectores y clases sociales.

Parafraseando al Che, pudiéramos preguntarnos si es posible, o en todo caso hasta qué punto, la construcción del Vivir Bien con las herramientas melladas del Vivir Mal.

Lenguaje de señas

Lanzada en la práctica la contienda electoral, durante el año 2013 se agudizó en Santa Cruz la intrascendencia de concejales del municipio capitalino y asambleístas departamentales del Instrumento. Salvo honrosísimas excepciones, incluso de suplentes, la gran mayoría se asemeja al intérprete de lenguaje de signos durante el acto de despedida de Nelson Mandela en el estadio de Johannesburgo. El individuo, pletórico de gestos y ademanes, ubicado en un sitio preferencial, codo a codo con numerosos mandatarios y personalidades, en realidad no traducía nada.

Al respecto, vale citar a Isabel Rauber, cuando señala que “participar en las elecciones para acceder a espacios/fracciones del poder existente, limitándose luego a ejercerlo ´correctamente´, ocupando los espacios parlamentarios o gubernamentales correspondientes, nacionales o locales, sin hacer de estas instancias institucionales herramientas puestas en función del cambio social y del poder, reduce –hasta anular- la perspectiva transformadora” 3.

De esa forma, el capital simbólico obtenido durante el aterrizaje septembrino, se difumina irremediablemente en manos de funcionarios que han sido engullidos por el sentido común y mañas del viejo Estado. De manera simultánea, y en parte debido a las ausencias mencionadas y a ciertas tendencias miméticas por parte de dirigentes del bloque popular vecinal, campesino o indígena, se observa en la región una tendencia al debilitamiento y fragmentación de movimientos sociales, que parecen haber dejado en segundo plano el posicionamiento político que los caracterizó en las batallas contra el neoliberalismo puro y duro. Habrá que ver si en estos lares la campaña electoral se torna en una oportunidad para rectificar rumbos o más bien agudiza las corruptelas y búsqueda de pegas y prebendas.

Con relación a lo anterior, aunque en el Pleno del IV Congreso del Partido de la Izquierda europea celebrado en diciembre en Madrid el Vicepresidente boliviano acentuaba la importancia de ganar las creencias y modificar el sentido común, las concepciones dominantes, la percepción del mundo y las percepciones morales (todo lo cual apunta en definitiva a una transformación de la conciencia que no será producto del espontaneísmo) el año 2013 transcurrió, una vez más, sin proyectos de formación política orgánicos, sistemáticos y de amplio alcance para las grandes mayorías. Más allá de esfuerzos puntuales en ese ámbito, voluntariosos pero muchas veces endebles y efímeros, se echan en falta propuestas sólidas y estructuradas, que cimenten la subjetividad política colectiva emancipatoria y superadora de proyectos sectoriales o corporativos.


1    Jorge Acanda, Traducir a Gramsci, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2007.

2    E. Terán Mantovani, Guerra económica y capitalismo rentístico: la disputa es también cultural, en http://alainet.org/active/69231

3    Isabel Rauber, En las movilizaciones sociales germina una política joven anclada en la participación, en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=172115

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