La democracia emitió su mandato sagrado mediante las urnas: el pueblo boliviano ganó por cuarta vez consecutiva y garantizó la continuidad del Proceso de Cambio y el desarrollo de Bolivia por los siguientes cinco años. Por el contrario, perdieron los neoliberales, los antipatrias y privatizadores que ahora recurren a la violencia, al racismo y a la ilegalidad.
El mandato de las urnas fue visibilizado ayer con el cómputo oficial de la totalidad de los votos emitidos durante las elecciones del domingo 20 de octubre.
El conteo final estableció de manera oficial que el presidente Evo Morales logró el primer lugar en votación y fue reelecto presidente constitucional de Bolivia con 2.889.359 votos a su favor, lo que representa el 47,08% de los votos válidos.
La reelección de Morales se fundamenta en el artículo 166 de la Constitución Política del Estado (CPE) que indica que será proclamada a la presidencia “la candidatura que haya reunido el cincuenta por ciento más uno de los votos válidos; o que haya obtenido un mínimo del cuarenta por ciento de los votos válidos, con una diferencia de al menos diez por ciento en relación con la segunda candidatura”.
En este caso se cumplió el segundo requisito constitucional para la proclamación de Morales como Presidente reelecto, ya que obtuvo más del 40% de los votos válidos y este porcentaje es mayor en 10,57% al obtenido por el candidato Carlos de Mesa, quien alcanzó el 36,51% de la votación.
En cantidad de sufragios, Morales se impuso a Carlos de Mesa con 648.439 votos válidos, cifra que es superior a todo el padrón electoral de votos válidos de Oruro (289.497) o de Tarija ( 307.713) o de Potosí (364.496). Las cifras alcanzadas muestran que “el voto del área rural, el voto del movimiento indígena y campesino decide el futuro de Bolivia. Respetamos, saludamos el voto urbano, el voto en el exterior, pero con el voto de las áreas rurales garantizamos nuestro Proceso de Cambio, por tanto, desarrollo del pueblo boliviano”, dijo el Jefe de Estado.
Las cifras del cómputo oficial muestran una gran victoria del movimiento popular. “Bolivia reafirma su camino por la igualdad, la justicia social y la soberanía”, escribió en Facebook el vicepresidente Álvaro García Linera, quien indicó que se obtuvo la mayoría absoluta en Diputados y Senadores, se ganó en 292 municipios (85%) y se logró unos 206 mil votos por encima del “No” del referendo de 2016.
El respaldo al Proceso de Cambio logró la victoria en seis de los nueve departamentos del país (La Paz, Cochabamba, Beni, Pando, Potosí y Oruro).
Las cifras del conteo oficial difundidas ayer muestran el histórico triunfo en cuatro elecciones consecutivas:
-En 2005, Evo Morales logró la presidencia con el 53,74%.
-En 2009 obtuvo la victoria con el 64,22%.
-En 2014 alcanzó el primer lugar con el 61,36%.
-En 2019 logró la reelección con el 47,08%.
En la otra acera, la del neoliberalismo, sus postulantes perdieron. Carlos de Mesa, exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, no obtuvo el primer lugar y, pese a una estrategia de forzar la segunda vuelta, tampoco la logró.
Sin embargo, como un mal perdedor, llamó a sus seguidores a movilizarse en contra del artículo 166 de la CPE y en contra de la voluntad popular expresada en las urnas.
Otros de los perdidosos del neoliberalismo fueron Óscar Ortiz y Rubén Costas, que apenas lograron el 4,24% de la votación total.
“El voto del área rural, el voto del movimiento indígena y campesino decide el futuro de Bolivia. Respetamos, saludamos el voto urbano, el voto en el exterior, pero con el voto de las áreas rurales garantizamos nuestro Proceso de Cambio, por tanto, desarrollo del pueblo boliviano”, dijo el Jefe de Estado.
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