mayo 1, 2024

Vaticano: poder imperial y bélico

Los poderes imperiales históricamente han estado ligados al poder bélico, a la industria transnacional de las guerras, no solo para mantener el poder económico a través incluso del miedo y el pecado, sino, como afirma también la escritora y activista Naomi Kleim, poderoso dispositivo para -engrasar la maquinaria del capital y de la economía, más aún cuando se ha llegado al grado de privatizar a ejércitos de mercenarios en empresas transnacionales, camuflados también en ayuda humanitaria.

Lo que poco se difunde es que uno de esos poderes imperiales milenarios ha sido y es el Vaticano, desde hace algunos meses circulan en la red casi 4.000.000 de páginas en las que se da cuenta que el Instituto para las Obras de Religión, conocido como “Banco del Vaticano”, fundada en 1942 por El Papa Pío XII y con sede en la Ciudad del Vaticano, propietario de un sólido paquete accionario en una de las mayores industrias de armamentos del mundo, la fábrica de armas Pietro Beretta Ltd., controlada por el Holding SpA Beretta y que cuenta con lujosas sedes en las principales capitales europeas, además de Estados Unidos y Australia, con una sugestiva página web para cautivar a los más exclusivos y exigentes clientes, dando fe de sus más de 500 años de tradición bélica, de la industria de la muerte, como afirma su promoción: “Esa es la confianza, el respaldo de 500 años de tradición e innovación tecnológica, que puede contar todos los que tiran del gatillo….”

No obstante, la debelación de los escándalos financieros del Banco del Vaticano son antiguos desde que Roma y el Vaticano se erigieron sobre poder religioso ligado al político y económico ya desde el siglo IV de la era cristiana, cuando el emperador Constantino convertido al cristianismo depositó en el Papa Silvestre I una colosal fortuna, convirtiéndolo en el Papa más rico de la historia.

Por ello no sorprende que ese poder a lo largo de los siglos se nutrió de distintas vertientes económicas para diversificarse en una serie de industrias transnacionales, la historia reciente registra por ejemplo, desde la farmacéutica hasta la anticonceptiva, pasando por la pornográfica. Incluso se afirma que la actual opulencia y poder del Vaticano se robusteció con la generosidad de Benito Mussolini quien gracias a la firma del Tratado de Letrán entre su gobierno y el del Vaticano, otorgando a la iglesia católica una serie de garantías y medidas de protección, una de ellas declarar a los miembros del clero exentos de tomar parte en el servicio militar obligatorio, decisión sustancial no sólo en el sistema educativo italiano, en la dominación del cuerpo de las mujeres ante la anticoncepción, a pesar de su industria farmacéutica de anticoncepción, hasta su propia banca y negocios aledaños como el de la industria bélica.

Benito Mussolini fortaleció al estado soberano de la “Santa Sede” con la exención impositiva de sus bienes, derechos arancelarios, inmunidad diplomática y fortalecimiento de sus industrias transnacionales, que se extendieron hasta el acuerdo con el 3er Reich de Hitler de la mano de Francesco Pacelli figuras clave del pacto con Mussolini; su hermano el cardenal Eugenio Pacelli, futuro Papa Pio XII sería el encargado de negociar como Secretario de Estado Vaticano, la firma del tratado con la Alemania de Hitler y cuando los Nazis invadieron Polonia, Pio XII se negó a condenar la invasión, sin mencionar los nexos con la mafia italiana desde inicios del siglo XX. Historia que puede revisarse en más de cuatro millones de páginas en la red, con pormenores absolutamente inquietantes.

*          Periodista y feminista queer

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