mayo 1, 2024

La lógica localista y la apropiación de la ciudad

por: Nelson Jorge Rodríguez Castellón

Bolivia se convirtió en un país predominantemente urbano como consecuencia de medidas sociales y económicas y no de procesos industriales.

En las ciudades de La Paz y El Alto, como en otros centros de importancia económica, surgen ciertos imaginarios locales que tienden por la desunión en lugar de la cohesión, los ciudadanos debemos apropiarnos de la ciudad y para ello debemos sacarnos de la cabeza esa lógica localista.

Las ciudades

Recordemos que las ciudades ocupan un lugar preponderante en nuestra lógica humana, fueron construidas por el ser humano como un hogar donde pudiese desenvolverse social, económica, cultural y políticamente y a la vez pueda sentirse seguro dentro de los muros que el mismo construyó, tanto de las inclemencias naturales como de otros grupos humanos.

Las ciudades modernas, como las conocemos, surgen como consecuencia de los acelerados procesos de industrialización que se dieron en Inglaterra y Europa; la ciudad concebida en el viejo continente seguía los patrones mercantilistas y capitalistas por lo que no debería de extrañarnos que en estos centros poblados llamadas ciudades se encuentren las principales actividades económicas y prestadoras de servicios.

Las ciudades y pueblos de Latinoamérica tienen un origen diferente, las colonias españolas seguían un modelo de planificación impuesto desde España y eran enclaves militares que alojaban a los denominados peninsulares y criollos, así, sólo posteriormente se convertirían en ciudades y pueblos bajo el control de la metrópoli española (metrópoli usada como término para referirse a la ciudad centro del poder político, económico y militar del Imperio Español), y más adelante estas mismas ciudades y pueblos tendrían un importante peso económico y militar durante las guerra de independencia.

Las ciudades principales de los nuevos estados mantenían el viejo orden colonial, por ejemplo: Lima y Buenos Aires, antes virreinatos, pasarían a convertirse en las capitales de las repúblicas recién creadas de Perú y Argentina respectivamente, la Capitanía de Santiago en la capital de Chile, mientras que Sucre se convertiría en capital de La República de Bolívar y posteriormente Bolivia; durante los primeros años de la vida republicana se mantuvo un modelo económico proteccionista, estado que trataría de proteger la economía deteriorada después de la guerra, modelo económico que no tuvo los resultados esperados en tanto la industria nacional no pudo competir con los productos elaborados en los países vecinos.

Bolivia

La ciudad de La Paz no correspondía a ningún centro virreinal, pero sí se constituía en una ciudad de importancia económica y no sería hasta después de la mal llamada “Guerra Federal” que se convertiría en el centro político y económico más importante del país desplazando a Sucre de este podio. Antes de la era republicana se trataba de un espacio de recorrido obligatorio en el comercio de la hoja de coca, indispensable para mantener con vida a los indígenas mitayos de aquellos tiempos.

No es de extrañarnos que durante toda la historia boliviana se haya formado un imaginario separatista con una constante lucha regional que va en contra de la unidad de país, es una ironía ya que somos conscientes que la unidad hace la fuerza y lastimosamente nuestro talón de Aquiles sea la desunión.

Hasta la década de los 50 Bolivia era considerada como un país rural a diferencia de países vecinos que ya habían alcanzado niveles altos de urbanización, por lo que es considerada como un país con urbanización tardía y no es hasta finales de los años 80 que se convierte en un país predominantemente urbano, cuestión que sucede a consecuencia de medidas sociales y económicas y no de procesos industriales como en el resto de los países de Latinoamérica, Asia o Europa.

La teoría dice que los procesos de urbanización van acompañados de procesos de industrialización, pero el caso boliviano fue totalmente diferente ya que durante la década de los 50, con el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en el gobierno, se impulsaron políticas de industrialización con poco o escaso impacto, la reforma agraria benefició en parte a los pequeños productores, pero no en su totalidad, Bolivia continuó siendo un país rural.

La desaceleración de la economía mundial a causa de la recesión en la década de los años 70 y 80 tuvo su impacto catastrófico en Latinoamérica y en Bolivia, ocasionando la llamada hiperinflación, y ante esta crisis se optó por implementar políticas neoliberales que contemplaban los siguientes puntos en relación a la economía: 1) Eliminación del control de precios; 2) Eliminación del control de salarios; 3) Disminución del gasto público y del intervencionismo de Estado; 4) Apertura de mercados internos y; 5) Apertura de las fronteras para el ingreso de productos comerciales.

Estas medidas paliativas mejoraron las condiciones económicas pero simultáneamente comprimirían la economía interna y los pequeños productores y la industria no podían competir contra los productos que ingresaron en grandes cantidades y con precios menores, lo que ocasionó la migración de centros urbanos menores y áreas rurales a las grandes ciudades del eje troncal: La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, y las actividades económicas se redujeron al comercio, los servicios y la administración pública; coincidentemente se crea la ciudad de El Alto que empezó a recibir diariamente a cientos de migrantes desplazados de sus pueblos por las medidas ya mencionadas.

La Paz y El Alto

La ciudad de La Paz no cuenta con una planificación y diseño urbanístico propio de las grandes ciudades y eso lo podemos ver al pasear por sus calles pequeñas y diseñadas para un ligero tránsito de carruajes, hoy en día uno de los principales problemas que tiene esta ciudad corresponde al transporte y la saturación del parque automotor (aunque ya se hayan aplicado medidas como la restricción vehicular, este problema aún persiste y requiere de soluciones novedosas), sus plazas, avenidas y centros culturales no están diseñadas para albergar a la cantidad poblacional con la que hoy cuenta, aunque debemos reconocer que esta ciudad no es de las más grandes a nivel mundial, continental ni nacional, aun así sus problemas persisten.

La ciudad de El Alto, la más joven de Bolivia y a la vez la segunda más poblada después de Santa Cruz de la Sierra, presenta una cantidad similar de problemas tanto en transporte, seguridad y carencia de servicios públicos en las zonas periurbanas. Ambas ciudades (La Paz y EL Alto) corresponden a una sola ciudad, lastimosamente muchos ciudadanos y sus gobiernos municipales tienden a resolver o tratar de resolver estos problemas por separado, con enfoque estrictamente localista.

Aunque estas ciudades muestran diferencias sociales, económicas y culturales claramente marcadas, no son más que las dos caras de la misma moneda, la ciudad de La Paz con una población urbana por tradición y El Alto con una mescolanza y pluralidad de origen rural del departamento de La Paz, aun así, debemos comprender que no somos diferentes. La Paz y El Alto se muestran como dos ciudades separadas, aunque en el fondo son solo una, la primera fue construida para albergar un grupo fuertemente económico de la población, mientras que la segunda surge de la necesidad de albergar a miles de migrantes, campesinos y relocalizados durante las últimas décadas llegando a convertirse el día de hoy en la segunda ciudad más poblada de Bolivia.

Ciudades-Estados

Hoy en día, las ciudades tienen un peso político y económico mayor que los propios estados, por esta razón es que la competitividad se da mayormente entre las ciudades en lugar de los estados (obviamente las ciudades representan a los estados y no deja de haber una clara identidad nacional en todos los productos y bienes producidos en las ciudades), el paradigma de las ciudades competitivas está en boga en Latinoamérica y el resto del mundo, los gobiernos locales optan por diseñar políticas públicas que muestren a sus ciudades más seguras, con menos conflictividad, con la suficiente capacidad de brindar servicios básicos (vías de comunicación, agua, luz, otros) necesarios para que los capitales extranjeros se sientan atraídos y puedan invertir en éstas; las ciudades donde se dan este tipo de políticas terminan reduciendo la cantidad de espacios y bienes públicos convirtiendo a sus ciudades en “ciudades no amigables”, paralelamente también existen otros modelos de hacer ciudad, ciudades inclusivas para los ciudadanos, con mayor cantidad de espacios y bienes públicos donde todos sus habitantes se puedan desenvolver y reconquistar la ciudad, se dan patrones y conductas de amor por su ciudad ya que esta le pertenece al ciudadano y éste debe hacer respetar su espacio.

Los ciudadanos en La Paz y El Alto deben reencontrarse y cohesionarse, recuperar los espacios que les fueron arrebatados y exigir otros tantos, donde sus hijos, hermanos, padres, vecinos, etc., puedan recorrerla de forma segura, donde los jóvenes y niños puedan desenvolverse y expresarse sin temor evitando así que estos opten por lo ilegal y clandestino. Generar espacios amigables se constituye en parte de lo que llamamos políticas preventivas donde la población vulnerable puede optar por algún tipo de actividad no delincuencial, donde termina surgiendo el valor público y una cultura ciudadana, pilares de una cultura democrática.

A manera de cierre, la conquista de la ciudad, la reconquista de la ciudad requiere de la cohesión de los habitantes de dos o más espacios teóricamente separados pero que en la realidad son uno mismo, refiriéndome a las ciudades de La Paz y El Alto, como también otros centros de influencia que comprenden la región metropolitana de La Paz, donde lastimosamente se mantienen ciertas lógicas localistas que no hacen más que asfixiar el desarrollo regional urbano.


* Politólogo y miembro de la Comunidad Crítica / Creativa.Nelroca89@gmail.com

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