mayo 18, 2024

Peritos economicus

por: Pablo Cachaga Herrera

En los últimos días algunos autodenominados “analistas económicos” han posicionado como tema de discusión el déficit fiscal, el aumento del endeudamiento y la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN) como señales ineludibles de que Bolivia está en crisis económica y que debería de cambiar de timón la política económica para poder salvarse de la catástrofe económica, sin embargo sus argumentos tienen bases bastante frágiles, sesgadas y hasta me atrevería a decir bastante creativas, en este sentido este articulo pone en tela de juicio esas aseveraciones vertidas por los “peritos economicus”.

En una entrevista realizada a un excandidato opositor publicado en un medio de prensa cochabambino declara que “Bolivia ya debe más de $us 16 mil millones”. Para llegar a esta conclusión utiliza la aritmética creativa incluyendo al saldo de la deuda total los montos todavía no desembolsados ¿Es correcta esta metodología de cuantificar la deuda sumando montos no desembolsados? Entonces ¿Cuál es la tasa de interés que el gobierno paga por esa deuda? o más bien ¿en cuántos años se tardará en desembolsarla? Es un error grosero sumar deuda que todavía no se ha desembolsado puesto que es ficticia y además tiene serios problemas de consistencia temporal pues compara deuda presente y futura con relación al PIB nominal actual, es decir dicho “analista” asume supuestos incorrectos, ¿o es que el PIB nominal se mantendrá constante los próximos años? Espero que estos deslices académicos sean por el sesgo político que tiene, puesto que en otro caso sería motivo de preocupación para la academia.

Asimismo advierte el uso de las RIN como un síntoma de crisis, sin embargo no reconoce las virtudes de este instrumento para amortiguar los vaivenes del contexto internacional y de esta manera mantener el crecimiento económico. Además es de vital importancia aclarar que el ratio de cobertura de las RIN respecto al PIB de 30% se encuentran en niveles adecuados, situándose como el segundo país con mayor RIN en América Latina en términos de su capacidad de pago.

En otro arrebato de creatividad sugiere devaluar el Tipo de Cambio Nominal para frenar el supuesto bajón de la economía aunque acepta que tiene un alto impacto social, pero igual nomas se anima a proponerlo porque según él, la gente las tomaría con responsabilidad, ¡pero que creatividad! ¡Oh solución divina!, que viene de los labios de tecnócratas que encontraron la fórmula mágica, sin embargo desde su aposento científico no recuerdan que 20 años de devaluación no han servido para diversificar la economía, ni para cambiar la matriz productiva.

En otro artículo publicado en un periódico tarijeño, un Docente Universitario con el mismo pincel que el primero, critica duramente los déficits fiscales alcanzados en los últimos tres años, sin mencionar que antes de 2006 teníamos déficits recurrentes y por lo visto en aquel entonces no les fastidiaba pues no se manifestaban como ahora, en la actualidad no se atreven a decir que el déficit fiscal se debe principalmente a inversión pública, una clara prueba de lo mencionado es el resultado fiscal corriente que es la diferencia entre los ingresos y gastos corrientes, el cual se ha mantenido superavitario en el periodo 2006-2016 y en los últimos años en torno al 10% del PIB. Es decir, si no se destinara recursos a proyectos productivos, de industrialización y carreteros, tendríamos un superávit fiscal como ellos anhelan pero éste sería improductivo y pro cíclico.

Es así mi estimado lector que pongo en tela de juicio las afirmaciones que hacen algunos analistas económicos y las soluciones que proponen. La gente común y corriente como este su servidor, sabe que no hay propuestas serias y nuevas desde el pensamiento opositor, que no quiere apostar por la industrialización, diversificación productiva e integración caminera, pues en su pensamiento liberal el Estado debería de ser un residuo expresado a su mínima expresión y nosotros los ciudadanos deberíamos de rezarle a los santos del mercado para que la economía prospere. 


*            El autor es economista.

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