diciembre 10, 2024

Santos Diamantino

A Santos Diamantino lo conocí hace muchos años, en el Matheus Piano Bar, un bolichito clásico que se encontraba en la Avenida 6 de Agosto y Guachalla. Me dedicó el disco que recién había grabado. Hasta ahora lo guardo con mucho cariño. Decidí llamarlo y hacerle una entrevista. Este es el resultado.

Los Yungas

“Desde muy temprana edad, a los seis años, comencé a hacer música. Se dio en la escuela. En los años 90 había una canción que era muy representativa: ‘¡Ay, Chavela!’, de Antonio Aguilar, y en el kínder los profesores nos hacían bailarla y cantarla. Fue esta canción que me motivó a conocer los escenarios y la música en general.

Vengo de Huancané, un pueblito en Sud Yungas. Había una canción del Grupo Coca llamada ‘No pisen mi coca’, la letra decía: ‘Ayer pisaron a mi raza, saquearon su riqueza, sacaron todo, con mi coca, no pisen más, mi coca, no, mi coca, no’. Esta canción fue la punta de pie para comenzar mi aventura musical.

Con el tiempo, mis abuelos me regalaron una zampoña pinquillo, que es ‘un instrumento musical aerófono, similar a una flauta o tarka, que tiene seis orificios para los dedos y un orificio extra en la parte inferior’.

Mis abuelos decidieron llevarme a Chulumani al terminar el ciclo básico. Tenía las ganas de tocar en la banda de colegio. En ese momento fue en el que aprendí a tocar el charango, un instrumento de cuerda. Las primeras canciones que sacaba eran taquiraris. Fue una linda experiencia. Me metí a un concurso de composición. En Chulumani, Coripata e Irupana había buenos. También trataba de participar en las radios.”

La ciudad

“Después decidí venir a la ciudad, acá conocí un mundo más universal de la música, en los Yungas era muy difícil conocer todo eso. Acá conocí a Silvio Rodríguez, por ejemplo. Me acuerdo que la primera canción suya que escuché fue ‘Unicornio’. Después conocí a Alejandro Filio, me acuerdo muy bien de la canción ‘Mujer que camina’. Seguí escuchando más trova, a Joan Manuel Serrat, hasta que llegué a un chileno que me gusta muchísimo: Alberto Plaza. Fue ahí que decidí quedarme en ese género. Él fue uno de los que me ha motivado en hacer música romántica.

Ahí comenzó este sueño de grabar un disco como solista. Ya había grabado con algunos grupos folklóricos. Hice varias canciones como ‘Solo el amor es digno de fe’ el año 2006, ‘Libertad’, ‘Andrea’, ‘En nombre de ti’, son siete canciones que hice. Para darme mayor visibilidad grabé un video con el tema ‘Andrea’”.

Ayana

“Mi segundo disco se llama Ayana, que proviene de la lengua somalí, de África oriental, y quiere decir ‘flor hermosa’ o ‘flor eterna’. En sánscrito se dice Ayana como ‘objetivo, la dirección’ o específicamente ‘un camino bueno’, en términos de la propia trayectoria de vida.

En ese disco grabé mis propias composiciones con un estilo pop, rock, balada y uno que otro chuntunqui. El chuntunqui es una expresión musical criolla del villancico que trajeron los españoles en la época de la colonización. La danza se hace cerca de los pesebres, marcando los ‘saltitos’ de la música, con vueltas y elevaciones de rodilla.

En este disco la canción que me ha catapultado, si vale el término, se llama ‘Infectado de amor’. Sonó en varias radios importantes el año 2011, y justo en ese momento fue donde los boliches se comenzaron a abrir para mí. Me abrieron sus puertas para que pueda mostrar mi talento. Al comienzo me costó, es muy difícil, sobre todo cuando no te conocen; ahora es diferente.

En La Paz el boliche que me abrió los brazos fue Las Calderas, en la calle Pisagua y Montes. Siempre fue un reto tocar en el lugar de los troveros, así que también tocaba en el Bocaisapo, fui el último artista en tocar ahí ya que después se cerró. Tocaba en el Almatroste, que ya no está funcionando. En el Invidia, en la Avenida Arce, creo que también se cerró. De los más recientes, La Trovería, el Amta Café, el Matheus Bar, que estaba administrado por tres jóvenes que me recibían muy bien.

En La Paz fue muy interesante la movida. Uno de los boliches más troveros se llamaba La Subienda, un lugar hermoso. Otro es el Resto Cultural Bar, en la Zona Sur, por Los Pinos.”

Pancarita

“En 2015 saqué un nuevo disco llamado Pancarita, es de huayños, hay canciones bonitas. A partir de ahí quise volver a mis orígenes, grabé cuecas, algo más nacional. A medida que iba haciendo eso comencé a formar un coro de niños, ahora ya son bachilleres, se llamaba Coro Paidea. Trabajé con ellos por seis años, formándolos en canto. Con ellos grabamos dos discos: el primero se llama Música de canto Gregoriano, en latín; y el segundo, Canciones para niños. Grabamos un video que se llama ‘Vive y siente música consciente’, que se encuentra en YouTube, es una composición para niños.”

Afectus

“Armé un cuarteto, quería cambiar el estilo que estaba haciendo. Afectus significa sentimiento. Son tres chicas, en realidad, Gabriela Pozadas, Mónica Pozadas y Jimena Pozadas. Hemos comenzado a trabajar con ellas en otros eventos, en matrimonios, en locales, etcétera.

Son momentos muy interesantes los que he podido vivir a lo largo de este tiempo. Por las noches es cuando descubro mi soledad, y las palabras salen a reducir al aire, las convierto en melodía. La música ha estado presente toda mi vida, me vuelve creativo, soñador. Uno no tiene límites. Son aspectos que me gustan de mi vida.”

Grabaciones

“El primer disco lo grabamos en el Estudio Fox, en Villa Copacabana. No fue muy bien trabajado, era una primera experiencia. Había que grabar con metrónomo y para hacer una grabación de guitarra en mano fue complicado. Me acuerdo de que lo presenté en una de las aulas de la carrera de Filosofía de la UMSA.

El segundo disco lo grabé en el Estudio Umbral Audio. Manejado por el contrabajista de la Sinfónica, Leonardo. Lo presenté en el auditórium de la carrera de Humanidades, para que todos puedan ir a verlo. En esa ocasión los mariachis Los Riales me acompañaron en la presentación.

El tercero fue más abierto, lo presenté Radio Pachamama en la ciudad de El Alto.

Ahora estoy preparando un nuevo material, lo estoy grabando en dos estudios. Hay que tener siempre la maqueta bien hecha y que los instrumentos entren bien. Este material es más romántico, hay violines, chelo, tiene un aire de balada y un ritmo andino al mismo tiempo.”

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