diciembre 1, 2024

Las supuestas “soluciones” del “ala radical” del MAS

Por Adolfo Mena Gonzales .


Stalin, en una charla con Emil Ludwig, señalaba: “el marxismo no niega en absoluto el papel desempeñado por personas destacadas o que la historia la hacen las personas, en Miseria de la Filosofía, de Marx, y en otras obras suyas, encontrarán que se afirma que son las personas las que hacen la Historia. Pero, por supuesto, la gente no hace la Historia de acuerdo a los impulsos de su imaginación, como si se les ocurriera alguna fantasía; cada nueva generación encuentra condiciones preexistentes definidas ya hechas cuando nació esa generación, y las grandes personas valen algo solo en la medida en que sean capaces de comprender correctamente estas condiciones y entiendan cómo cambiarlas. Si no comprenden estas condiciones, y quieren modificarlas según los impulsos de su imaginación, aterrizarán en una situación quijotesca. Por tanto, precisamente es opinión de Marx que las personas no deben contraponerse a las condiciones, son las personas las que hacen la Historia, solo en la medida en que comprenden correctamente las condiciones que han encontrado ya preparadas y, solo en la medida en que comprenden cómo cambiar esas condiciones”.

Ese párrafo es muy importante para que en el término de marxistas que se tiene se haga una valoración acorde al actual momento, basadas en la contracampaña que van llevando adelante operadores de la derecha tradicional y la desubicada “ala radical”.

Todos los planteamientos del “ala radical”, como dogma, y “soluciones” a la supuesta crisis –que si se analizan a fondo es responsabilidad de sus miembros cuando fueron gobierno: la exploración hidrocarburífera, la formación de cuadros políticos, las mallas curriculares, etcétera– son de carácter quijotesco. Plantean escenarios de “solución” que no fueron capaces de realizar cuando fueron gobierno, y que únicamente con fines electoralistas impulsan para intentar ganar “adeptos”.

Lo que el “ala radical” no logra entender hasta el momento es que las nuevas generaciones funcionan en base a lo que señalaba Stalin: “(…) cada nueva generación encuentra condiciones preexistentes definidas ya hechas cuando nació esa generación, y las grandes personas valen algo solo en la medida en que sean capaces de comprender correctamente estas condiciones y entiendan cómo cambiarlas”.

Las nuevas generaciones que actualmente ejercen el voto tienen nuevas expectativas. Y debido a la ausencia de formación política, ausencia de modificación de mallas curriculares (que son coloniales y en 14 años no se cambiaron), y una dinámica muy pobre a nivel cultural para garantizar la continuidad del Proceso de Cambio y evitar un golpe, nos lleva nuevamente a la incógnita de qué hacer como izquierda para reinventarnos.

En cuanto al cómo hacer que nuestra política de izquierda sea atractiva a esas nuevas generaciones, mientras los “radicales” piensan que planteando alternativas de “solución” a temas que antes no solucionaron, y que hoy, con una coyuntura internacional más compleja, desean que el Gobierno las realice, es definitivamente para una reflexión respecto a que el bienestar no es lo que se desea, sino el poder.

Este poder no se consigue con absurdas propuestas o denunciando corrupción. Ese flagelo ya hubo en el gobierno de Evo, en otros neoliberales y también lo sufre el actual. Tampoco se consigue en plantear cómo bajar costos de subvención (si Evo Morales sabe bien que casi le cuesta el gobierno el 2010 con el gasolinazo). En esta etapa la solución debe ser con medidas de carácter estructural, que en tres años y sin Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) mayoritaria no se podrán realizar.

Las nuevas generaciones tienen nuevas condiciones y plantearán soluciones acordes a su comprensión de la situación al momento actual, así como decía Fidel sobre revolución: “sentido del momento histórico”.

Repetir planteamientos que no se pudieron utilizar en períodos de bonanza y de 2/3 en la ALP es demagógico y penoso.

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