abril 26, 2024

El Papirri (Segunda parte)

Por Sergio Salazar Aliaga *-.


Continuamos nuestra charla con Manuel Monroy Chazarreta, conocido por todos como “el Papirri”. En este segunda parte revisaremos algunas de sus canciones, dejando en claro que es uno de los cantautores más originales y queridos de la música boliviana.

Bien le cascaremos

“A mi retorno de Japón en 1994, donde estuve tres años y medio, llegué a grabar y presentar mi show ‘Bien le cascaremos’. La primera función fue un abril en el Teatro Municipal de La Paz; mi estadía en Japón había sellado en mi alma la importancia del folklore boliviano, siempre digo que fue un concierto plurinacional, muchos años antes de que el concepto se oficialice, por la diversidad de las canciones.

Algo importante es que fue uno de los primeros álbumes en formato CD en Bolivia. Cuando terminé de grabar salió en formato casete en el sello Discolandia, entonces fue cuando le reclamé al productor de por qué no lo habían sacado en CD, ya lo había visto en Japón; hablamos con la empresa discográfica para cambiar el formato y tuve que comprar 500 CD que vinieron desde Canadá.

‘Bien le cascaremos’ la compuse para el grupo Norte Potosí, tuvo una llegada muy fuerte a nivel popular, ahí es donde se amplió el espectro de gente que me conocía, fue un éxito en el Carnaval, la tocaban las bandas en los caporales, el huayño hizo que mis canciones salieran de las aulas universitarias y teatros y se dispararan por todos lados.

La escribí en un bar en la Pérez Velasco, cerca del reloj, en una parrillita de un cuate judío que nos fiaba unos chuflays. Había cobrado mi sueldito municipal y con los colegas de la Casa de la Cultura nos fuimos a cascarle unos lomitos con paceñas. De pronto se fueron todos, me quedé solo, en el piso de arriba, palpé los bolsillos, todavía quedaban billetes, entonces atacó el estribillo: ‘Ahora que tenemos, ahora que tenemos, bien le cascaremos’.

Pedí un chuflay de emergencia, las estrofas fueron surgiendo como bramido de protesta contra los políticos neoliberales que nos estaban mamando: ‘Del libre mercado, me hablan estos giles/ yo quisiera comprar, vida/ libre en el mercado Rodríguez’. Y de la famosa capitalización: ‘De los capitales/ que inflan el Estado/ y el estado mío, ya ves/ charque desinflado’.”

La cabeza de Zepita

“Es un disco que quiero mucho, está una canción llamada ‘La cabeza de Zepita’, que es una crónica; una canción de la época cuando trabajaba en la Casa de la Cultura, donde ingresé como Jefe de la Unidad de Música. Desde allí observaba el monumento que hizo Ted Carrasco en homenaje al Mariscal Andrés de Santa Cruz, miraba la Plaza de los Héroes y el latido mítico de la Pérez Velasco, esa hermosa obra que lastimosamente la asesinaron, la sacaron, y esa canción me parece que es de las más interesantes: ‘Un exminero escucha estéreo, si juega Etcheverry y la gorra de un cambista tiembla, suda, trastabilla y derrama su saliva al ver la rodilla de margarita, sentado en la esquina de la cabeza de Zepita’.”

Wiphala

“La otra canción que me gusta mucho fue ‘Wiphala’, que escribí en Japón, por los quinientos años de resistencia cultural, interpretada junto al grupo Taypi K’ala, antes del concepto de lo que hoy conocemos como ‘plurinacional’.”

Alasita

“En el año 96 salió el álbum ‘¡Qué tal metal!’, donde está la canción ‘Alasita’, que compuse siendo funcionario de la Casa de la Cultura, pues nosotros organizábamos esa feria anual tradicional de la ciudad de La Paz, donde se venden miniaturas; hay una deidad, el Ekeko, dios de la abundancia, la finalidad del ritual es que las mismas se conviertan en realidad.

Me acuerdo muy bien cuando la compuse, en mi escritorio de oficinista; el video con las imágenes y esa canción se volvieron un poco como la banda sonora de esta festividad, parte de la letra dice: ‘Alasita, alarila, sé que el Ekeko cambiará mi vida’.”

¡Qué tal metal!

“Esta canción tuvo mucha aceptación, sobre todo en los niños, recuerdo que en esa época frecuentaba a Víctor Hugo Vizcarra, quien me regaló el Diccionario de la Coba, el lenguaje secreto del hampa boliviana (1991); eso me inspiró para la canción. Dice algo así: ‘Soy el artista de más clara rima y la cultura me mima, estoy en la cima. Soy el virtuoso de la rima fina, hago que el público me adore, gima. En La Paz, Chicago, Suiza o China, estoy en la cima’.”

Metafísica Popular

“En el disco ‘¡Qué tal metal!’ sale la primera versión de ‘Metafísica popular’, descubro estas frases contradictorias con un compañero de la Casa de la Cultura que me dijo: ‘Papirri, con pasado mañana son dos días que no tomo’, y a partir de ahí fue la locura, salieron alrededor de 30 frases, y la primera versión es bien rapera, yo trabajé ese disco con un teclado Korg que me traje del Japón y ahí hacía las secuencias.”

La Huacataya

“La huacataya es una hierba con un aroma muy penetrante, mezcla de menta, albahaca, limón y estragón. Yo tenía un baterista en Sucre, fui a una tocada allí y como siempre con poco presupuesto, comencé a viajar con menos músicos y me encontraba allá con algunos amigos que me apoyaban, esto fue el año 2003; entonces este baterista me contó una historia que es lo central de la canción, obviamente después la canción la desarrollé y le di su propia vida, su propio relato, su narrativa, la grabamos por única vez en el disco ‘Papirri en vivo’ del año 2005, no tiene una nueva versión.

La letra dice: ‘Resulta ser que en Sucre una casona de apellidango, se volvía conventillo para estudiantes de cualquier fango, la dueña de casa era una señora de ex alto rango que por la reforma agraria se había quedado sin un mango. Resulta ser que un día alquilaba el cuarto de abajo, a un par de aretitos ociólogos de octavo año, señora solo queremos paz, amor y buen mándala y regar nuestra plantita hermana de la huacataya… Resulta que un día a la doñita se le ocurría usar esa huacataya para el almuerzo del mediodía’… la señora se había equivocado.”

Por suerte soy atigrado

“Es de las misma época, 2003, fue muy lindo porque grabamos en el estudio de Gustavo Navarre, quien fue compositor, pianista, docente, un músico fundamental en la formación de numerosas generaciones de pianistas. La canción la llevamos a la Ultrasur (barra del club The Strongest), no teníamos el presupuesto adecuado pero más bien ahí todos los tigres nos pusimos a grabar, lo lindo es que se registró el grito de Raúl Ernesto Riveros Gonzales, conocido como ‘El Chupa Riveros’: ‘¡K’alatakaya (rompe la piedra) huarik’asaya! (tiembla la vicuña), ¡hurra, hurra!, ¡Viiiva el Strongest!’. Ahora la canción se ha convertido en un himno del club.”


  • Cientista político.

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