mayo 5, 2024

Colegio Médico: siempre con las dictaduras

Por Ariana Campero (Exministra de Salud)-.


Los vemos con su abolengo y encorbatados a los “notables” dirigentes del Colegio Médico en la televisión, pero no precisamente para hablar de un proyecto de investigación o de alguna contribución científica en la que invertirán los aportes de los profesionales colegiados, no, los vemos solo para darnos, una vez más, la trágica noticia que entrarán en paro nacional. Lo cierto es que, el año del gobierno de facto de Jeanine Áñez, no vimos a la dirigencia convocar al paro, sino alegando que no tenían “nada que ver” con el sobreprecio de respiradores que no servían o la corrupción desatada con la compra de barbijos en tiempos de pandemia, o la incapacidad de abastecer de suficientes pruebas diagnósticas para el Covid-19 o de Equipos de Protección Personal para el personal de salud; al parecer, no les inmutó. Pero sí les incomoda la Ley de Emergencia Sanitaria que promulga una Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y un Gobierno legítimos y legalmente electos con el 55% de votos. ¿Por qué? La respuesta es clara y me remontaré décadas atrás, desde su nacimiento como entidad gremial.

El Colegio Médico de Bolivia nació de la dictadura sangrienta de Hugo Banzer, antes del año 1971 existía la Confederación Médica Sindical de Bolivia, conformada por verdaderos notables galenos, quienes sabían y honraban su Juramento Hipocrático. Esta Confederación, con el advenimiento de la dictadura militar, fue desintegrada, algunos de sus dirigentes fueron perseguidos políticos y, con el Decreto Supremo 9944 del 01/10/1971 del general Banzer, se funda la entidad colegiada. Desde entonces, sus dirigencias siempre han estado conformadas por corbatas y trajes de élite, serviles a las dictaduras que les brindaban “favores” y “estatus”.

Las dirigencias de los Colegios Médicos Departamentales y el Nacional han estado compuestas por logieros, empresarios, accionistas de caras e “importantes” clínicas privadas, de hijos de familias de apellidos extranjeros, pero sobre todo de personajes con clara afiliación política de derecha. No puedo dejar de mencionar que históricamente la mujer, fuerza motora del sistema de salud, ha sido relegada de poder ejercer las presidencias, salvo contadas excepciones.

Es de conocimiento de todas y todos que, una vez que te gradúas de medicina general, estás condenada/o a destinar parte de tus ingresos en los aportes a tu entidad colegiada y, ojo, los aportes tienen carácter retroactivo, es decir, si tuviste la mala suerte de inscribirte unos años después de tu graduación, pues esos años ya son deuda al Colegio; además estás obligada/o a pertenecer de manera inconstitucional al Colegio Médico, te guste o no, te lo piden como requisito en diversos trámites, por eso nos preguntamos ¿hasta cuándo ese abuso? Pero, lo que pocos mandiles blancos conocen son los lujosos clubs que tiene la entidad colegiada en algunos departamentos del país, ya que para entrar a sus clubs debes cumplir los mismos requisitos que exigen para ingresar al “honorable” Consejo Directivo del Colegio Médico. ¿Cómo financian el mantenimiento de esas instalaciones? Tocará a nuevas generaciones de médicos conscientes transparentar eso.

Durante el neoliberalismo tuvieron su espacio; extremista y de discurso politiquero está uno de los eternos dirigentes de salud en Cochabamba, Carlos Nava, quien en esa época se creía más que el propio Gallo, y pudo ser director del Servicio Departamental de Salud de Cochabamba con el mirismo, además de que era muy amigo del exministro de Salud Tonchy Marincovic, quien fue famoso por la corrupción del caso “vacunas”; con rasgos megalomaniacos, este mismo señor tuvo que devolver dinero al Estado por la sentencia del caso “ítems fantasmas”, durante su gestión como director. Fue candidato a senador con Jeanine, pero su desastrosa dictadora se bajó de la contienda electoral al verse potencialmente derrotada, así él perdió su soñado curul en el Senado; no conforme, hoy, rumbo a las elecciones subnacionales, se da de abrazos con el tan cuestionado capitán Manfred Reyes Villa.
Durante los 14 años del gobierno de Evo Morales, estas dirigencias convocaron a paros prolongados y crueles por oponerse a trabajar ocho horas en el sector público; rechazaron la creación de una Autoridad de Fiscalización del Sistema de Salud, que hubiera establecido aranceles a los cobros de las clínicas privadas, entre otras cosas; y lo peor de todo, pararon en franco rechazo al Sistema Único de Salud (SUS) gratuito y universal.

El más reciente vínculo del Colegio Médico de Bolivia con alguna dictadura fue con la de Áñez, no es coincidencia que el primer titular de la cartera haya sido pocos años atrás el Presidente Departamental del Colegio Médico de Cochabamba y, posteriormente, el Presidente del Colegio Médico de Bolivia, el Sr. Aníbal Cruz; en la misma gestión se posesionó de viceministro de Salud y Promoción al médico y logiero cruceño Dr. Erwin Viruez, quien es expresidente de los colegiados en Santa Cruz. Como asesor del Ministerio, y sin tener claridad pública de su rol y responsabilidades, estuvo Luis Larrea, quien se ha desempeñado como Presidente del Colegio Médico de La Paz por muchos años, siempre electo en dudosos congresos en los que solo participa una juntucha de amigos fachos, quienes, por supuesto, lo ratifican. El señor Larrea es muy conocido por sus comentarios racistas, sin embargo, poco conocemos de qué privilegios goza el desbocado señor para no asistir diariamente a su fuente laboral; les recuerdo que los entes colegiados no gozan de fuero sindical, por eso sería importante que de una vez nos informen al respecto.

Salieron a la luz, dejaron de ocultarse en el mandil blanco y ahora varios de esos dirigentes son candidatos a alcaldes o tienen alianzas con partidos, todos, absolutamente todos son de derecha.

El actual Gobierno está preocupado por adquirir vacunas, pruebas y medicamentos para combatir la pandemia, es evidente que eso no es aplaudido por la élite médica, más al contrario, hicieron lo habitual: torturar al pueblo con un paro nacional y oponerse a la Ley de Emergencia Sanitaria que, entre otras cosas muy importantes, busca evitar cobros excesivos o violación de Derechos Humanos por parte del subsector privado de salud.
Un buen día las bases dirán basta a sus dirigencias dictatoriales y recuperarán el verdadero rol de la organización que nos lidere, cuyo objetivo será velar por la salud gratuita, el cumplimiento de la ética profesional y la ciencia.

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